Desde hace más de un año, varias marcas como LG, Samsung, Sony, etc. Están anunciando y vendiendo sus nuevos modelos de televisores con conexión a internet. Nos venden que podemos acceder a internet a través de sus navegadores. Lo cierto es que una vez que ya hemos conectado nuestro nuevo televisor y empezamos a navegar, nos encontramos en el 99% de los casos, que va lento. Además, nos damos cuenta que utilizar el teclado del mando para escribir, resulta tedioso. Cuando ya a pasado un tiempo y la ilusión de nuestra nueva compra nos a durado lo que un juguete a un niño el día de reyes, dejamos de utilizar dichas supuestas grandes ventajas que nos ofrecía el fabricante (y por las que hemos pagado), y nos limitamos a ver la televisión como en cualquier otra que carece de todo esto.
El problema estriba en que a día de hoy, no existe ninguna televisión con un procesador integrado que tenga un sistema operativo. Todo esto es fundamental para poder disfrutar de un servicio como acceder a internet con la misma o parecida velocidad como lo hace un ordenador, que es a lo que realmente estamos acostumbrados. la razón es muy simple: actualmente lo que más vende en la industria audiovisual es la tecnología plana (cuanto más fino es un televisor, más atractivo resulta) y esto se pega de bruces con el hecho de poder instalar dentro del televisor un procesador, ya que ocupa un espacio del que carece el aparato. Un ejemplo claro, son los nuevos modelos de Samsung, que se vanaglorian de ser los mas planos del mercado (en concreto la nueva serie 8) y no deja de ser cierto. ¿como han conseguido ser los más planos del mercado? muy sencillo, gran parte de la circuitería de más peso, está instalada en la base del televisor, que es donde se encuentran la mayoría de las conexiones, al contrario que la gran mayoría de los aparatos de la competencia que se encuentran en la parte posterior de la pantalla. En realidad es como una especie de truco de magia. Problema: el televisor no se puede separar de la base, ya que depende de ella para poder funcionar, y por ende, no se puede instalar en una pared.
En resumen, debemos tener claro que la física es la física, y que hasta que no se desarrolle de forma mucho más avanzada la nanotecnología, que no es otra cosa que el desarrollo de circuitos y procesadores mucho más pequeños de lo que podemos imaginar, incluso de dimensiones microscópicas, y que dichos procesadores sean capaces de auto ventilarse hasta tal punto que no les afecte la temperatura que generan los televisores y que a día de hoy es inevitable, no podremos disfrutar de televisores que realmente naveguen por internet a la velocidad que estamos acostumbrados en el ordenador.
Nosotros seguimos insistiendo, y tenedlo en cuenta como consejo, que cada aparato sirve para una cosa. Que los 3, 4 y 5 en uno, aunque pueden llegar a ser muy cómodos tanto en manejo como en espacio, al final, si cualquiera de sus funciones se estropean, dejaremos de disfrutar de las otras 3 o 4 que disfrutamos si lo llevamos a reparar, o si no lo llevamos a reparar, el aparato dejará de tener esa función para siempre.
Por todo esto, cuando vayáis a comprar un televisor, y si queréis invertir en él, por favor, utilizad el sentido común más que nunca, no os dejéis engañar por la publicidad de los fabricantes que utilizan medias verdades para vender cuanto más mejor. Y mucho cuidado con los consejos de los dependientes, sobre todo los de las grandes superficies. Muchos de ellos no saben ni de lo que hablan, y en la gran mayoría de las ocasiones, confunden mucho más que aclaran.