UN MARTES Y TRECE PARA OLVIDAR

Tal y como prometí, a continuación os voy a contar mi experiencia después de haber sido detenido por la brigada 8 de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. A día de hoy, sólo se que he sido denunciado por EGEDA, entidad de gestión de derechos de autorque supuestamente se dedica a perseguir la “piratería”.

Según dicha denuncia (de la cual, tanto mi abogado como yo no sabemos el contenido de la misma), la Policía procede a mi detención el martes 13 de diciembre. Tengo que dejar muy claro antes de continuar, que todos los funcionarios (8 inspectores incluyendo el Jefe de la Brigada) que dedicaron todo su tiempo de ese día a mi persona, se portaron conmigo de manera ejemplar, con una educación y profesionalidad muy difícil de superar. Por otro lado debo decir, que yo con ellos también, ya que no les puse ni una sola pega a nada. Fundamentalmente, porque no tengo nada de que esconderme.

La pesadilla comienza con la llamada del Jefe de la brigada, el cual me requiere a que me persone en las dependencias de la Jefatura Superior de Madrid. Yo, desde que se realiza la llamada hasta que llego a la jefatura, no tardo más de media hora. El jefe de brigada me recibe en el hall del edificio, y vamos a su departamento.

Una vez allí, me invita a sentarme, y saca un expediente cuyo título de la carpeta es el nombre de mi página Web: TV Center Madrid. Me comunica, que he sido denunciado por la Sociedad de Productores Audiovisuales EGEDA, que he cometido un delito, y que desde ese mismo momento estoy detenido. Que sólo tengo derecho a hacer una llamada: a un familiar, amigo o a mi abogado (siempre, delante de él) y que después, debo apagar el móvil. Acto seguido se procederá a la lectura por un compañero suyo, de mis derechos. En ese momento, empiezo a entrar en una especie de ataque de ansiedad y el agente me invita a un vaso de agua. Después de haber recuperado algo el ánimo, se me comunica que se va a proceder a solicitar del juzgado, un permiso para el registro tanto de mi domicilio como de mi lugar de trabajo. A lo que yo contesto que no es necesario pasar por el juzgado, que mi casa y mi lugar de trabajo están abiertos para ellos, ya que le vuelvo a insistir en que no tengo absolutamente nada que esconder.

En ese momento, el jefe de la brigada, me comenta que entonces se deduce que quiero “ir por las buenas”. Como es lógico, y así le ocurriría a cualquiera que jamás a pasado por un trance como éste, yo no termino de entender que significa ir por las buenas o ir por las malas. Él me explica que ir por las malas es negarme al registro de mi domicilio y lugar de trabajo de manera voluntaria y que él tendría que solicitar dicho registro a través del juzgado, que mientras se solicita dicho registro y se acepta por parte del juez, pueden pasar entre 24 y 48 horas, y que durante ese tiempo tendría que permanecer detenido (lo que yo supuse es que tendría que dormir en una celda). Por las buenas, me sigue comentando, todo es mucho más fácil, yo acepto el registro, se procede al mismo, y al final del día, con suerte, seré puesto en libertad con una declaración, y todo delante de mi abogado. Así se hace, se procede a los registros, y se incautan de los discos duros de mis ordenadores.

Después de los registros, volvemos a la Jefatura, y se me presta declaración delante de mi abogado. Acto seguido, se me pone en libertad con una despedida por parte del Jefe de brigada muy de película policiaca: “Bueno Enrique, esperamos no volverte a ver por aquí”. Dicha frase, me recordó estas películas, al típico funcionario penitenciario diciéndole lo mismo al reo que ha cumplido su pena, mientras termina de recoger sus efectos personales antes de recuperar su libertad.

De la forma mas resumida posible, he intentado describir las horas más largas y amargas de toda mi vida. Y reconozco una cosa, podrían haber sido, no horas, sino días.

A continuación, describo lo que más me llamó la atención de los hechos relatados y mis consideraciones:

“Señor, esta detenido porque usted a cometido un delito”

Esta frase fue la que más me impactó. No sabía que la policía, además de investigar, sentenciaba al detenido. ¿No hubiera sido mas correcto decir? Señor, después de nuestras investigaciones, creemos que hay indicios de delito, y por ello procedemos a su detención, con el objetivo de que no se destruyan pruebas por su parte, y para que se puedan corroborar dichos indicios.

¿Cuál es el objeto de mi detención?

En el momento en que me comunican que estoy detenido, en ningún caso se me notifica cual es el objetivo de la misma. De hecho, yo llego a deducir en un primer momento, que es un juez el que ordena que se me detenga en función de la denuncia presentada por EGEDA y la posterior investigación policial. Que pasaré a disposición judicial, y que iré a prisión preventiva con la imposición de una fianza después de los registros y la correspondiente declaración ante su señoría. Todo esto lo deduzco utilizando mis mínimos conocimientos de derecho, adquiridos de lo que he leído y he visto en los medios de comunicación. Y me pongo en lo peor, porque jamás me he interesado (como cualquier persona honrada) en averiguar qué pasaría si algo así me ocurriera.

Queda muy claro, y esto lo voy averiguando por mi mismo a medida que van pasando las horas, que el objetivo de estar detenido es para que no destruya ninguna supuesta prueba.

¿Es lícito detener a una persona sin decirle cual es el objeto de la detención?

Por lo visto, sí. Solo es necesario comunicarle que ha cometido un delito, aunque al detenido no se le explique con pelos y señales cual es el delito y cual es el objeto de privarlo de su legítima libertad (aunque la misma sólo se prive durante unas horas).

Hay que aclarar, que hemos deducido que el presunto delito que yo he cometido, se basa en un delito contra la propiedad intelectual, por la propia naturaleza de la empresa que realiza dicha denuncia.

Mi opinión particular es que es una ABSOLUTA VERGÜENZA que algo así pueda ocurrir. REPITO, no es la policía la culpable, es el mal llamado estado de derecho en el que supuestamente vivimos, y los legisladores (políticos) los que han permitido que los agentes policiales puedan recurrir a estas fórmulas acogiéndose escrupulosamente a la ley vigente.

Daño moral y sicológico

Ya he comentado que podría haber sido mucho peor, que el jefe de la brigada que procedió a mi detención y todos sus compañeros, en esas amargas horas, podrían haberme destrozado la vida utilizando todas las armas que tienen sólo con la ley en la mano, y no lo hicieron. Aún así, esas horas fueron una auténtica pesadilla. Lo son para cualquier persona de bien, que jamás pudiera haber imaginado que algo así le podría ocurrir.

Debo confesar, que el peor momento de todos, fue cuando se procedió a tomarme la huellas y hacerme la foto correspondiente. Aunque se haga con total delicadeza (como así se hizo) puedo asegurar que resultó denigrante.

Lo peor es que aunque la justicia sobresea la denuncia o sea declarado inocente después del juicio, estaré fichado durante los próximos 5 años!!!

Y todavía peor, para que se destruya mi ficha policial, lo debo de solicitar yo personalmente al ministerio del interior. Si no lo hago, estaré fichado de por vida.

Siguiendo con el daño moral, y aunque sólo han pasado 3 semanas desde el momento en que ocurrieron estos hechos y que estoy escribiendo este artículo, confieso que me resulta extremadamente difícil no recordar lo sucedido. Tengo la sensación de que me van a detener otra vez, no se puede definir como manía persecutoria, pero es algo parecido. Necesito estar continuamente entretenido para no comerme la cabeza recordándolo todo y lo que queda por venir.

Como es lógico, cuento con la inmensa ayuda y total apoyo de mi mujer y mis hijos, además de la de mi familia.

Además, otro gran apoyo es el del equipo de abogados que va a llevar mi caso. Tengo la inmensa suerte de contar con el Bufet Almeida. Muy conocido por llevar casos parecidos al mío. No sólo se han convertido en mis abogados, los empiezo a considerar como amigos, ya que se están portando como tales desde el minuto uno.

El bufet Almeida, cuenta con una larga experiencia en este tipo de casos. Sus socios intervienen en conferencias de reconocido prestigio. Cuando se trata de comentar temas de legislación relativa a la red y nuevas tecnologías, su intervención debería ser imprescindible, y en muchos casos, así ocurre.

Nos ha sido muy fácil encontrarle

Esta frase la repitió varias veces el Jefe de la Brigada. Dando por hecho que yo era consciente desde el primer momento, es decir, desde que puse en marcha la Web, que estaba cometiendo un delito. Esto es algo que me resulta muy difícil de comprender. Debo dejar claro, y así se lo hice saber a él, que jamás me he escondido y que mi Web es absolutamente legal.

¡Vamos a destapar el negocio “ilegal” del año!

En el tiempo que estuve en las dependencias policiales, tuve la firme sensación de que tanto los agentes como el denunciante, creían que tenían entre manos el negocio del siglo, que en mi casa había un almacén con cientos de Apple TV preparados para vender y que el software que introduzco en ellos estaba desarrollado e implementado por mí.

A medida que pasaba el tiempo, notaba como los mismos agentes “se desinflaban” al ver que no sólo no había por ningún lado cientos de dispositivos (solo los vendo bajo pedido y así lo hice constar en mi declaración porque es la más absoluta verdad), que el software introducido en los mismos se puede descargar por Internet de forma libre y que está desarrollado por terceros que nada tienen que ver conmigo y que de nada conozco. Que dicho software, es un software de enlace (esto quiere decir, que lo que hace es tirar de páginas Web muy conocidas por el público en general como: Películas Yonkis, series Yonkis, Tu mejor TV, Cinetube, Cuevana, etc. con las que tampoco tengo nada que ver) Es más, si estas páginas se cerraran todas mañana, este software dejaría de funcionar. Que habría algún tipo de contabilidad generada por mi, llena de apuntes con los cientos de supuestas ventas realizadas.

Al ver que nada de esto existía, mi impresión fue que se terminaron por desinflar definitivamente.

Muchos de los que estéis leyendo, pensaréis que entonces todo está solucionado. Pues no es así, el denunciante: EGEDA, no se va a quedar con los brazos cruzados, no querrá admitir que se ha equivocado con TV Center Madrid y conmigo. Seguirá adelante, intentando encontrar lo que no existe, le buscará 25 pies al gato. La policía, a través de la fiscalía, imagino que hará lo mismo. ¿Y por qué? Porque es muy difícil admitir que tanto trabajo generado sobre supuestos que no existen, no ha servido absolutamente para nada. Porque nada hay.

¿Y qué es TV Center Madrid?

TV Center Madrid (el negocio que voy a sacar adelante le pese a quien le pese, y más después de lo ocurrido) se dedica a prestar servicios informáticos exclusivamente a particulares, el servicio del Apple TV 2 (que era lo único que les interesaba tanto al denunciante como a la policía entre todos los servicios que presto) no pretende ser, ni muchísimo menos, la piedra angular. Es y será un servicio más y es absolutamente legal.

Para el 2012, TV Center Madrid, estaba y está llena de proyectos, además de los que ya se ofrecen. La intención es crear 4 líneas de negocio más. Actualmente estoy negociando con varios inversores el desarrollo de las mismas con un presupuesto que supera los 4 millones de euros y que supondría (si todo sale bien) la creación de más de 25 puestos de trabajo directos y unos 15 indirectos.

Matar al mensajero

Cuando no se puede ir contra los grandes: corporaciones de descargas a nivel mundial como Megaupload, Filelude, etc. Se va contra aquellos como yo, que no tienen otro objetivo final que el de crear riqueza y puestos de trabajo. Gente emprendedora, que es lo que yo me considero, que sólo quiere crear y no destruir. Adaptándose a los nuevos tiempos y con nuevas tecnologías. Buscando de ellas, todo lo bueno que pueden generar. Que desea que en este País, se desarrolle de verdad la investigación y desarrollo (NO SOLO EN EL MALDITO LADRILLO). “Industria” que heredamos de Franco, y de la que hemos vivido los últimos 50 años.

Mi objetivo con este artículo

Solo pretendo dar a conocer una experiencia que no se la deseo ni a mi peor enemigo. Que todos os deis cuenta que no es necesario matar, robar o maltratar para pasar por lo que yo he pasado. Solo es necesario tener buenas ideas y ganas de llevarlas a cabo le pese a quien le pese. Que cuando queráis desarrollar un negocio, el principal obstáculo: la financiación, no tiene por que ser el único, sobre todo cuando se trata de nuevas tecnologías y en un país donde lo que no se puede tocar y ver (para el 99% de los inversores y banqueros) no existe. Que hay gente y sociedades que utilizan la ley de forma torticera, con el único fin de destruir a los que quieren innovar. Porque ellos son incapaces de hacerlo, y no quieren cambiar SUS normas establecidas. Porque seguimos anclados en el pasado, que no es otro que ir a rebufo de los demás.