Una de las novedades que nos dejó el 2013, fue la entrada en el mercado de los discos duros externos en red. No los confundamos con los discos duros externos ya conocidos por casi todos por que tienen con ellos una diferencia a tener muy en cuenta, que solo se conectan a través de ethernet. Es decir, a través de cable ethernet conectado a nuestro router. Se supone que desde el momento en que los conectemos, dicho disco duro será visible en nuestra red local, y que todos los ordenadores y periféricos que estén en dicha red lo podrán visualizar y podrán acceder a los contenidos del mismo.
Todo esto en principio es cierto. El problema que le vemos es que la transferencia de los archivos que queramos insertar en este disco, solo la podremos realizar a través de la conexión ethernet. Lo vemos como un problema ya que la velocidad de transferencia es extremadamente lenta. Más aún si lo comparamos con una conexión usb. Algunos de estos discos tienen una salida usb, por lo que se puede suponer que podríamos transferir nuestros archivos a través de esta conexión (mucho más rápido) para posteriormente poder ponerlo en red a través de la conexión ethernet. Pues no es así, en el caso concreto de los modelos de WD, a día de hoy no sabemos para que sirve dicha salida usb con la que cuentan sus distintos modelos de discos duros en red. Es más, nos hemos puesto en contacto con el servicio técnico del fabricante y nos han contestado que dicha conexión está ahí para futuras funciones que pondrán a disposición de los clientes y que desconocen. Conclusión: no entendemos nada!
Otra de las características de estos discos, es que vienen con su propio software integrado para que nos sea más fácil ordenar la información que queremos introducir en ellos (y esta es otra de las novedades) para poder visualizarla en remoto en nuestros smartphones y tablets con APP desarrolladas por los fabricantes para este cometido. Lo hemos probado, pero nos da la sensación que son aplicaciones hechas deprisa y corriendo y con un nivel de funcionalidad muy básica.
La idea es buena, tener nuestro propio cloud (nube) sin tener que acudir a terceros y por un volumen ilimitado de capacidad (así lo anuncia WD). Aclarar que estos discos tienen una capacidad mínima de almacenamiento de 1 TB y máxima en la actualidad de 4 TB. Pero el sector de las nuevas tecnologías trabaja demasiado deprisa y angustiado por sacar buenas ideas a la mayor brevedad posible adelantándose así a su competencia. Eso tiene un coste que desemboca en la creación de expectativas en el consumidor que luego no se cumplen y concluyen en el desencanto más absoluto. «Vísteme despacio que tengo prisa». A ver cuando se lo aplican de una buena vez.
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